En el número 89 de PorExperiencia, analizamos cómo el trabajo afecta a la salud mental, una relación sobre la que hay abundante literatura científica, pero de la que se habla demasiado poco.
En el editorial del dossier, Clara Llorens Serrano, experta en riesgos psicosociales y organización del trabajo de la Fundación 1 de Mayo, señala que, aunque la mayoría de medios de comunicación y en redes sociales se ha empezado a hablar habitualmente sobre salud mental, aún es difícil encontrar referencias a su relación con el trabajo asalariado. Por ello, también repasa en otra pieza, los datos concretos de cómo influye el empleo en los trastornos mentales, poniendo el foco en los riesgos psicosociales del trabajo asalariado y su relación con los trastornos ansioso-depresivos e indica líneas de cambio para que las prácticas de gestión laboral sean más saludables.
Por su parte, Vicente López, director de la Fundación 1 de Mayo, subraya la importancia de los cambios legislativos en relación con estas prácticas. La psiquiatra Belén González habla del “mentalwashing”, o de las estrategias de muchas empresas para abordar la salud mental con medidas cosméticas, sin atajar el problema de raíz, el que lo genera, es decir, sin tocar las condiciones de trabajo.
Los académicos Oscar Pérez, Gloria Álvarez y Arturo Lahera revisan la guía para reducir la excesiva carga de trabajo y presión de tiempo, desarrollada por la autoridad laboral danesa en febrero de este año, una iniciativa pionera en prevención de riesgos psicosociales del trabajo.
En el mismo sentido propositivo, además en este dossier, analizamos varias experiencias relativas a la prevención de estos riesgos. En la primera, nos centramos en cómo la simple evaluación de riesgos psicosociales resulta insuficiente legal y socialmente, si no se aplican medidas correctivas, cambiando su origen. En la segunda, vemos cómo una mejor organización del trabajo ayuda a prevenir riesgos psicosociales en puestos de trabajos de sectores muy diversos.
Por último, hablamos en una entrevista con Joan Benach, catedrático del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra y coordinador del Informe PRESME sobre la “Precariedad laboral y la salud mental”, del Ministerio de Trabajo. José Antonio Moreno resume además el reciente dictamen del Consejo Económico y Social Europeo (CESE) al respecto.
PorExperiencia es una revista editada por la Fundación 1 de Mayo, una institución sin ánimo de lucro promovida por Comisiones Obreras
Artículos en la revista
El trabajo asalariado afecta a la salud mental
No nos plegamos a la moda de la “promoción de la salud mental” que evita tocar las condiciones de trabajo, para convertir en un problema personal, los trastornos de salud mental originados en las prácticas empresariales de gestión laboral
Joan Benach: “La precariedad laboral puede ser igual o peor que el desempleo para la salud mental”
Para el coordinador del Informe PRESME sobre la “Precariedad laboral y la salud mental”, del Ministerio de Trabajo, “la precariedad es un determinante tóxico que genera sufrimiento psíquico y trastornos mentales”
El “mentalwashing”: el nuevo lavado de cara de las empresas
El debate sobre la relación entre salud mental y trabajo empieza a generalizarse, pero las empresas lo abordan con medidas que no van a la raíz del problema: las condiciones laborales
¿Por qué es necesario cambiar las prácticas de gestión laboral si queremos reducir los problemas de salud mental?
Los trastornos de salud mental tienen múltiples orígenes, pero hay abundante literatura científica que apunta al trabajo como una de las causas principales
La evaluación de riesgos laborales no es suficiente: cambiar la organización del trabajo es clave para la salud mental
El caso de un trabajador que acabó con un cuadro de ansiedad por sobrecarga de trabajo refleja la importancia de tomar medidas organizativas para reducir los riesgos psicosociales identificados y evitar problemas de salud mental
La guía danesa para regular las excesivas exigencias cuantitativas del trabajo
La carga excesiva de trabajo en relación con la presión de tiempo, o intensidad del trabajo, puede regularse, como demuestra el caso danés