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Priorización y reorganización de tareas de manera participativa para reducir la carga de trabajo

La evaluación de riesgos psicosociales permite concretar las medidas organizativas que deben implementarse para evitar que el trabajo afecte negativamente la salud mental
Mar, 18/07/2023 - 18:39
Clara Llorens y Laura Villadiego
Dossier

trabajo y salud mental

La experiencia sindical sobre cómo moldear las prácticas empresariales de gestión laboral para mejorar las condiciones de empleo y  trabajo es muy extensa. Toda plataforma sindical es una buena muestra de ello. Cómo la negociación colectiva, huelga o movilización sindical lo hace posible, puede observarse en cualquier convenio colectivo, que supone siempre sortear las dificultades surgidas de los intereses de nuestra contraparte, demasiadas veces reñidos con nuestra salud. 

Cambiar esas prácticas de gestión laboral para hacerlas más saludables es el reto que CCOO se propuso hace ya más de 20 años. La experiencia de cómo hacerlo se recogió en la Guía para la intervención sindical en organización del trabajo y riesgos psicosociales de CCOO, una parte de ella se había visualizado ya en 2007, en el libro de resúmenes del V Foro ISTAS-CCOO sobre Organización del Trabajo, Riesgos Psicosociales y Salud. Medidas de Prevención y una pequeña selección de 2015 fue editada como material de sensibilización en formato vídeo.Toda esta experiencia continúa siendo válida a día de hoy, y a la vista de los datos sobre exposición a riesgos psicosociales y problemas de salud mental entre la clase trabajadora, es muy necesario incrementarla.

En este artículo nos referimos a la experiencia de CCOO de Madrid recogida en el documento 'Buenas prácticas en riesgos psicosociales'. Nos centramos en dos casos.

Una de las experiencias es la de una empresa de limpieza de 90 trabajadoras y trabajadores, cuyas delegadas de prevención, apoyadas en el asesoramiento especializado en salud laboral del sindicato, exigieron la evaluación de riesgos psicosociales a la dirección de la empresa para evidenciar la nocividad de la organización del trabajo y cambiar las condiciones de empleo y trabajo que podían enfermarlas. “Se llevaron a cabo varias reuniones, primero del Comité de Seguridad y Salud para solicitarlo, luego para crear un grupo de trabajo y finalmente para llevar a cabo la evaluación con finalidad preventiva. Allí se utilizó el FPSICO. Fue un proceso de varios meses. Es habitual, la dirección suele alargar los procesos participativos en los que somos propositivos para ver si nos cansamos”, relata Lucía Potenciano Mingo, técnica superior en Prevención de Riesgos Laborales y asesora de CCOO de Madrid. 

Con los datos de la evaluación en mano, se diseñaron de manera participativa las medidas preventivas para reducir los riesgos más prevalentes, entre ellos la carga de trabajo. CCOO fue propositiva y consiguió implementar los cambios propuestos. Así, “se crearon fichas de información con descripciones de las tareas realizadas en cada puesto de trabajo, y se catalogó las tareas prioritarias, que debían realizarse necesariamente a diario, y tareas no prioritarias, que podían posponerse por parte de las trabajadoras si no daba tiempo, con el objetivo de reducir su carga de trabajo, mejorando la planificación dentro de la jornada laboral. Se consiguió aclarar las distintas funciones y priorizarlas, planificando de manera participativa las tareas”, cuenta Potenciano.

Estos cambios organizativos, han tenido varios beneficios más. Así, se ha reducido el ritmo de trabajo, se ha flexibilizado el tiempo de descanso a favor de las necesidades de las trabajadoras y se ha favorecido la autonomía de las trabajadoras en cuanto a las decisiones sobre la distribución y planificación de sus tareas. Todo ello ha mejorado la conciliación.

En una empresa dedicada a la venta y reparación de automóviles, con una plantilla aproximada de 100 personas trabajadoras, “la evaluación de riesgos psicosociales se hizo utilizando el método COPSOQ-ISTAS 21, a partir de cuyos resultados se diseñaron una serie de actuaciones centradas en la reorganización del trabajo”. En concreto, se hizo una planificación por tramos de tiempo de las distintas tareas, especialmente en los puestos de trabajo que suponían contacto con clientes. Así, por ejemplo, “se establecieron horarios diferenciados para la recepción y entrega de vehículos, para que las personas trabajadoras pudieran centrarse en una tarea, sin tener que cambiar continuamente de trabajo, haciendo su tiempo más efectivo y evitando también esperas para los clientes. Hubo además una reordenación de los espacios de trabajo en los talleres para limitar las aglomeraciones y las interrupciones contínuas que generaban problemas entre trabajadores. Por otra parte, se implementó un nuevo programa informático más intuitivo, que también facilitó el trabajo, planteando como medida de apoyo una pequeña formación como usuario. Todas estas medidas preventivas redujeron la exposición a altas exigencias cuantitativas. Por otra parte, se redujo la parcialización del trabajo, sumando tareas que antes realizaban trabajadores distintos, implantando ciclos completos de trabajo para reducir la exposición a las bajas posibilidades de desarrollo. Este nuevo diseño de tareas permitía a los trabajadores aplicar habilidades y conocimientos y aprender nuevos”, comenta Potenciano

Aunque la prevención de riesgos psicosociales es obligatoria en empresas e instituciones, ha sido una asignatura pendiente durante mucho tiempo. En 2017, la Comisión Europea ya alertó de que los riesgos psicosociales iban en aumento, y sin embargo una de cada cuatro empresas europeas tenía carencias incluso respecto al primer paso, el de la evaluación. Ya sabemos que cuestionar la organización del trabajo sindicalmente, aunque sea desde el ámbito laboral, no es fácil. Choca con el arraigado prejuicio de que la organización del trabajo es potestad del empresario y con las prácticas empresariales de competitividad por la vía baja, tan comunes entre el empresariado en España, que precarizan nuestras condiciones de trabajo y vida y nos hacen perder la salud. Persistimos en su cuestionamiento, también desde la salud laboral.