La estatura, el aspecto físico, la complexión o la forma de vestir de una persona nada tiene que ver con el desempeño de su trabajo
NURIA MARTÍNEZ BARCO. Secretaria de Condiciones de Trabajo y Salud Laboral de CCOO-Andalucía
Desde CCOO hemos constatado que en determinados sectores, justamente aquellos en los que se da menor presencia sindical y que tienen convenios laborales más débiles, el aspecto físico juega un papel determinante a la hora de seleccionar a una persona para un puesto de trabajo, o a la hora de mantenerlo. Con el fin de hacer una radiografía real de la situación y desarrollar propuestas de intervención sindical, en febrero de 2019 comenzamos a trabajar en un proyecto en colaboración con investigadores de la Universidad de Granada, y en especial con el profesor Jose luís Moreno Pestaña, autor del ensayo “La cara oscura del capital erótico”, para elaborar la primera guía sobre discriminación laboral por el aspecto físico.
Asimismo, hemos puesto en marcha una encuesta en la que participarán alrededor de 400 empresas para abordar esta problemática desde tres vertientes. La primera exigir a los poderes públicos una serie de medidas dirigidas a evitar que estas discriminaciones se produzcan. Para ello es necesario visibilizar este problema. Una manera eficaz de hacerlo es incluir en la “Encuesta Andaluza de Condiciones de Trabajo”, parámetros que permitan conocer cómo está afectando a las personas esta discriminación corporal.
Igualmente hay que hacer una labor de control y sanción respecto a los mensajes mediáticos porque los medios de comunicación siguen ejerciendo un fuerte poder sobre la sociedad y en ellos seguimos viendo cómo se potencia la presencia de una élite estética con la delgadez como máximo exponente y se sigue utilizando la imagen de las mujeres como reclamo sexual, algo a lo que están contribuyendo en gran medida internet y las redes sociales, donde hay una exposición permanente de la imagen.
La segunda línea de acción consiste en actuar desde el ámbito laboral, con dos herramientas básicas para nuestra acción sindical: la salud laboral y la negociación colectiva. Desde el punto de vista de la salud laboral, hemos de identificar los riesgos laborales relacionados con la discriminación corporal y por ello deberían tenerse en cuenta primero en la evaluación de riesgos del puesto de trabajo y después en el plan de prevención. También se debe diseñar una vigilancia de la salud adecuada para detectar los posibles trastornos que se deriven de la discriminación corporal, por ejemplo los alimentarios, cuadros de ansiedad, etcétera.
En cuanto a la negociación colectiva, es imprescindible la inclusión en los convenios colectivos sectoriales y de empresa, de cláusulas que luchen contra esa discriminación. La apariencia física no puede ser utilizada como medida de selección laboral y para ello hay que definir claramente los requisitos necesarios para cada categoría laboral, y evitar que los requisitos físicos dañen la integridad de las personas trabajadoras. Además hay que articular procedimientos de asistencia psicológica a las personas que, como consecuencia de esa discriminación corporal, tienen problemas de salud. Igualmente, es necesario que los planes de igualdad incluyan medidas que luchen contra esta discriminación corporal que afecta principalmente a las mujeres.
Denunciar todas estas prácticas dañinas y discriminatorias es la tercera línea en la que CCOO-Andalucía va a actuar y para ello es fundamental incrementar la formación de los delegados y delegadas en las empresas y de las personas trabajadoras, de modo que sepan identificar las discriminaciones, puedan detectar cuándo una persona está teniendo un problema de salud posiblemente derivado de ello y, sobre todo, sepan cómo actuar o dónde acudir.
La discriminación corporal no puede seguir silenciada y ser un yugo para quienes la sufren por ello, desde CCOO vamos a reivindicar y a poner en marcha cuantas medidas sean necesarias para que el empleo de una persona lo condicione su formación y sus aptitudes, no su talla ni su pelo.