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Un recorrido por la ergonomía participativa: últimas publicaciones

Lun, 11/10/2021 - 17:59
MARÍA JOSÉ SEVILLA
Recursos

La ergonomía participativa forma parte de la literatura en prevención de riesgos laborales desde los años 80. Es en esta última década cuando está viviendo un importante impulso en Europa y España. Con este artículo recorremos las últimas publicaciones de relevancia en el ámbito de la salud laboral y animamos a reflexionar en torno a la aplicación de la ergonomía participativa en las empresas españolas. 

método ergopar

 

La ergonomía participativa no es una nueva estrategia preventiva, del mismo modo que  tampoco lo son las palabras que la forman: ‘ergonomía’ y ‘participativa’. Participar es un término coloquial que significa según la RAE, ‘tomar parte en algo’ y la ergonomía aplicada al ámbito laboral, significa ‘adaptar el puesto de trabajo a la persona’. La unión de ambos conceptos muestra una definición de ergonomía participativa bastante sencilla y comprensible si además, añadimos su finalidad. Así podemos definir la ergonomía participativa como tomar parte en la adaptación del puesto de trabajo a la persona para la mejora de las condiciones de trabajo y la prevención de los trastornos musculoesqueléticos”.

Sobre su definición y método

En la literatura en ergonomía participativa, la definición por excelencia la propone el ergónomo inglés Wilson JR (1995) en su trabajo  Ergonomía y participación. En evaluación del trabajo humano: Una metodología práctica de la ergonomía[i]. Wilson define  “La ergonomía participativa como una estrategia para implicar a las personas en la planificación y control de una parte significativa de su trabajo, con el suficiente conocimiento y poder para influir en los procesos y sus resultados con el fin de alcanzar objetivos deseables”.

Desde 2008, en ISTAS venimos realizando una intensa labor de investigación y estudio sobre la ergonomía participativa, que entre otros resultados se ha concretado en una revisión continua de la literatura científica sobre el tema, identificando una importante diversidad de enfoques, métodos, técnicas, procedimientos, experiencias de intervención que van desde los más simples y básicos hasta los más detallados y estructurados. Cada uno de ellos con un nivel distinto de participación de la plantilla, con mayor o menor definición y con enfoques distintos, que se utilizan para la identificación de situaciones de riesgo ergonómico y en muchos casos, también para la resolución conjunta de estas situaciones y de los daños derivados.

Desde entonces, el objetivo prioritario de ISTAS y CCOO ha sido lograr y fomentar la participación activa de los trabajadores y las trabajadoras y su representación legal, con independencia del tamaño de la empresa y su actividad económica. Siempre buscando el consenso del trabajo en equipo y multidisciplinar con todos los agentes implicados en la mejora de las condiciones ergonómicas en la empresa, destacando la figura necesaria del profesional en Prevención de Riesgos Laborales con conocimientos técnicos y de la dirección de la empresa con poder de decisión e involucrada en la prevención de la exposición a los riesgos.

Nuestro empeño nos llevó a desarrollar el Método ERGOPAR, un procedimiento estructurado y sistemático de ergonomía participativa, de uso público y gratuito, que se pone a disposición de cualquier persona que tenga interés en mejorar las condiciones de trabajo a nivel ergonómico, desde un enfoque participativo.  

La definición de ergonomía participativa que aporta el Manual del Método ERGOPAR V2.0 (2014, disponible en https://ergopar.istas.net/) aproxima la definición de Wilson JR (1995) al contexto social y laboral español: “La ergonomía participativa es una estrategia para la mejora de las condiciones de trabajo a nivel ergonómico, estructurada y ordenada por medio de un procedimiento que incorpora la participación activa de los agentes sociales implicados”.

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo también se ha sumado al impulso y promoción de la ergonomía participativa y en marzo de 2020 publicó la Nota Técnica de Prevención 1.137 Ergonomía participativa: un enfoque diferente en la gestión del riesgo ergonómico de la que ISTAS es coautora. En la definición que propone introduce el término ‘gestionar’ según recoge la  Guía Técnica de Integración de la Prevención de Riesgos Laborales en el Sistema General de Gestión de la Empresa (INSST, 2015): “La ergonomía participativa es una manera de gestionar una parte significativa del trabajo, involucrando a todas las personas que puedan estar implicadas”, como señala el INSST, “gestionar correctamente una actividad significa planificarla, organizarla y controlar su ejecución para alcanzar el objetivo deseado”.

La NTP 1.137 tiene por objetivo promover un cambio en la manera de hacer participar a los trabajadores y las trabajadoras y su representación legal, y de implicar activamente a la dirección de la empresa, de forma que se optimice la participación en la integración dentro del sistema de gestión de riesgos laborales de cada organización. Además, incluye el Método ERGOPAR como ejemplo de procedimiento participativo para lograr la integración de la actividad preventiva en el sistema de gestión en la empresa.  La NTP 1.137 menciona tres aspectos clave para el éxito de la experiencia en la empresa que deben incorporar el procedimiento participativo a seguir. Se refiere a la importancia de facilitar los conocimientos suficientes a las personas participantes, a proporcionarles autonomía para influir en los resultados y a lograr el compromiso de la dirección de la empresa respetando los plazos acordados y dotando de los recursos humanos, técnicos y económicos al procedimiento participativo. Estos tres aspectos clave son comunes en la literatura científica y vienen a delimitar los criterios de calidad de las experiencias participativas desarrolladas, sus procedimientos, métodos y técnicas, y permiten definir los elementos que son precisos considerar para la selección de las buenas prácticas y de los casos a estudiar.

A esta iniciativa de promoción de la ergonomía participativa también se suma el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales (IAPRL) que financió un proyecto denominado ‘Promoción de la ergonomía participativa en las empresas andaluzas’ como iniciativa consensuada con la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), la Unión General de Trabajadores (UGT) y CCOO, que coordina y redacta  ISTAS. Como resultado de este proyecto, en abril de 2021, se publicaron cuatro números de la Revista Andaluza de Ergonomía Participativa a emplear como instrumento de difusión y fomento de la mejora continua de las condiciones de trabajo y de la participación de todos los agentes implicados en la prevención de riesgos laborales en la empresa. Es una revista dirigida a trabajadoras y trabajadores y su representación legal en las empresas, a profesionales de los servicios de prevención de riesgos laborales, personas con responsabilidades preventivas y de RRHH en la empresa y dirección.

En el número 166 (abril- junio 2021) del ERGA@online del INSST se le da difusión a la revista del IAPRL. El  primer número de la revista Primeros pasos hacia la ergonomía participativa introduce los fundamentos básicos de la ergonomía participativa. La necesidad de mejora de las condiciones de trabajo a nivel ergonómico y la reducción de los trastornos musculoesqueléticos de origen laboral en las empresas andaluzas, induce a proponer cambios en la gestión preventiva del riesgo ergonómico, en la que la incorporación de la participación activa de las personas implicadas, es clave para la integración de la prevención en la empresa y el éxito de la actuación preventiva en la empresa.  El segundo número, Propuestas en ergonomía participativa muestra una visión global de la ergonomía participativa. Para ello recopila de los estudios científicos de mayor calidad publicados a día de hoy, experiencias, valoraciones y conclusiones que facilitan la comprensión y entendimiento de los fundamentos básicos de la ergonomía participativa, destacando su fácil encaje en los sistemas de gestión de los riesgos laborales en la empresa y las barreras y obstáculos a salvar, para el éxito de la experiencia. El tercer número de esta revista Pasos a seguir en una experiencia en ergonomía participativa plantea una propuesta válida y eficaz en ergonomía participativa, el Método ERGOPAR. Un procedimiento desarrollado por ISTAS y validado en España, que ha contado con la participación necesaria de profesionales en prevención de riesgos laborales y en ergonomía, en particular. Y el cuarto número de esta revista  Ergonomía y participación: su puesta en práctica enumera algunos de los resultados obtenidos en el proceso de intervención de experiencias en ergonomía participativa, mostrando los beneficios y repercusión en la empresa, en la gestión del riesgo y en la salud de la plantilla. Recuerda los elementos básicos que debe incorporar el proceso participativo para lograr el éxito y facilita los recursos y apoyos disponibles en la promoción y desarrollo de una experiencia participativa en la empresa andaluza.

Sobre participación y prevención en Europa

Respecto a la participación en la mayoría de los países de la UE, la legislación sobre prevención de riesgos laborales establece mecanismos de participación de la población trabajadora, en base al criterio recogido en la Directiva 89/391/CEE. Esta Directiva establece, de manera genérica, que “los empresarios han de consultar a los trabajadores y/o a sus representantes y los invitan a participar en los debates sobre seguridad y salud en el trabajo”. A partir de esta premisa básica, cada país ha desarrollado normativa específica en la que, en mayor o menor medida, se articula la participación de los trabajadores y las trabajadoras como un elemento esencial de la prevención.

La norma UNE-EN-ISO 6385:2016 (idéntica a su versión internacional) de aplicación en España que recoge los principios ergonómicos para el diseño de sistemas de trabajo, considera esencial que los trabajadores y las trabajadoras participen de manera activa en todas las fases de diseño en las que sea posible, ya que su experiencia contribuirá a evitar soluciones poco óptimas.

El interés y la relevancia de la participación en las relaciones laborales y en particular en la prevención de riesgos laborales se evidencian en la actividad que la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) lleva a cabo en este ámbito. En la campaña "Trabajos saludables 2012–2013: Trabajando juntos para la prevención de riesgos” ya se dio especial énfasis a la importancia del liderazgo del personal directivo y las empresas trabajando en colaboración y con la participación activa de la plantilla señalando que: “Una de las claves para un buen liderazgo en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) es hacer que se impliquen los trabajadores. Las empresas tienen el deber legal de consultar a sus empleados en materia de seguridad y salud. Pero hay beneficios que van más allá de los requisitos mínimos. Es posible que la gestión de la SST tenga más posibilidades de tener éxito si promueve la participación activa de los trabajadores y establece un diálogo entre los empleados y la dirección”.

Como señalan Pedro J. Linares, Secretario de Salud Laboral de CCOO y Vicente López, Director-Gerente de ISTAS, en el documento La participación de los trabajadores y trabajadoras en salud laboral en España (Relats- Foro RLT de la Confederación Sindical de las Américas, 2017), la idea de participación de los trabajadores y las trabajadoras en la prevención de riesgos laborales es sinónimo de derecho a participar en aquellos aspectos que puedan dañar la salud del individuo. Así, más allá de las estructuras de participación indirectas, colectivas, la prevención de riesgos laborales necesita, para ser eficaz, la participación directa del trabajador y la trabajadora, que conoce mejor que nadie cómo le afectan las condiciones de trabajo que padece. En este sentido, afirman que: No es baladí el procedimiento que se utilice para detectar y evaluar el riesgo laboral. Los métodos participativos que integran no sólo la representación de los trabajadores y trabajadoras, sino al propio trabajador, tanto para la toma de datos como para el control o eliminación del riesgo, garantizan la eficacia en la prevención de riesgos laborales, contrariamente a aquellos de visión más unidireccional, tecnócrata y menos participativa”.

No obstante, pese a la extensa regulación del derecho a participar de la población trabajadora, en un gran número de casos de experiencias en ergonomía participativa publicadas, la premisa participativa no está desarrollada, y menos aún, si hablamos de la figura del delegado y la delegada de prevención o de los órganos paritarios en salud laboral. Es por ello por lo que ha sido necesario desarrollar metodologías, estrategias y herramientas como el Método ERGOPAR que incorporan la participación de todos los agentes implicados de manera sistemática en los procesos de identificación, evaluación y rediseño de los lugares de trabajo.

El INSST publicará en su próximo número de su Revista Seguridad y Salud en el Trabajo un nuevo artículo que lleva como título Impulso de la ergonomía participativa en la gestión del riesgo ergonómico (número 108 octubre 2021, RSS, INSST). Las autoras mencionan como “el interés por la ergonomía participativa ha ido aumentando paulatinamente en muchos países y ha sido reconocida y promovida de forma activa por organizaciones supranacionales. En particular, la actuación de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) como impulsora de la ergonomía participativa en Europa. La EU-OSHA en abril de 2021, dentro del marco de su actual campaña, Trabajos saludables: relajamos las cargas, publica una noticia en la que destaca su interés por explorar las ventajas de utilizar la ergonomía participativa para abordar los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo. Para ello enlaza distintos documentos sobre ergonomía participativa. El documento para la reflexión Ergonomía participativa y prevención de los trastornos musculoesqueléticos en el lugar de trabajo, firmado por Peter Buckle, profesor en el Imperial College de Londres experto en factores humanos y seguridad en el diseño, ofrece una introducción al papel que pueden tener los enfoques participativos de la ergonomía cuando se plantea el reto de prevenir los trastornos musculoesqueléticos en el lugar de trabajo. Como señala Buckle: “Nadie conoce mejor su trabajo que quien lo desempeña, por lo que es lógico involucrar a las personas trabajadoras en la identificación de los riesgos y la búsqueda de soluciones” (Buckle, EU-OSHA, 2021).

Este mismo documento incorpora casos reales de experiencias en centros de trabajo. Por ejemplo, el estudio ErgoKita (Hauke et al., 2020) que utilizó la ergonomía participativa en el sector educativo, para involucrar al profesorado de guardería en un estudio de intervención ergonómica destinado a reducir los problemas osteomusculares. También la EU-OSHA ha considerado el Método ERGOPAR como una herramienta práctica para prevenir el riesgo ergonómico en los lugares de trabajo. Incluso, en el artículo Carrying_out_participatory_ergonomics de la OSHWIKI se pone de ejemplo el Método ERGOPAR y se destaca su enfoque participativo en tres fases ordenadas para la mejora continua de las condiciones de trabajo en la empresa.

Entre las últimas publicaciones científicas, la revista Applied Ergonomics (abril, 2018), Robin Burgess-Limerik del Instituto de Minerales Sostenibles, Universidad de Queensland (Australia) publica un artículo de revisión de las investigaciones sobre ergonomía participativa Ergonomía participativa: evidencia y lecciones de implementaciónen la que se observó que se dan muchas variaciones en las características de los programas de ergonomía participativa, como el grado, la naturaleza y alcance de la participación, la asistencia de expertos, las características de la formación proporcionada y las herramientas empleadas para ayudar a los equipos a identificar problemas y desarrollar soluciones. El estudio concluyó que aprovechar la experiencia de los trabajadores que realizan las tareas a través de un proceso de ergonomía participativa tiene potencial para garantizar que las soluciones propuestas sean óptimas y sean aceptadas por los trabajadores”.

Sobre su aplicación en la empresa española

La ergonomía participativa es una estrategia efectiva y necesaria para la mejora de las condiciones de trabajo en las empresas. Las intervenciones ergonómicas más exitosas son aquellas en las que la participación de todos los implicados se realiza de manera continuada y sistemática. Aunque las empresas tienen el deber legal de consultar a su plantilla y a sus representantes legales en materia de seguridad y salud, hay beneficios que van más allá de los requisitos mínimos. La eficiencia de las evaluaciones, el ajuste de las medidas correctoras y la eficacia de las soluciones se incrementa cuando se promueve la participación activa de los trabajadores y las trabajadoras y se establece un diálogo continuo, dinámico y vivo con la dirección de la empresa y sus responsables.

En la actualidad se cuenta con experiencias participativas en sectores de actividad muy variados como son la agricultura, industria, construcción y servicios, todos ellos representativos de una amplia variedad de situaciones de riesgo ergonómico y distintos enfoques para la prevención de los trastornos musculoesqueléticos (TME) por medio de mecanismos participativos que incorporan a los trabajadores y las trabajadoras.

Además, estas intervenciones cobran una especial importancia cuando se constata que muchas actuaciones ergonómicas no consiguen reducir el número de TME de origen laboral, incluso después de realizar la evaluación ergonómica y ejecutar medidas preventivas. La falta de participación aboca a la empresa al “el modo tradicional de hacer prevención”, muy alejado de las necesidades y del día a día de las personas que desempeñan el puesto de trabajo.

Es cierto que fomentar la participación activa de los trabajadores y las trabajadoras y su representación legal en la empresa, precisa de tiempo y esfuerzo por parte de toda la organización. Cuando se promueve la participación es preciso informar, escuchar, buscar puntos intermedios para el acuerdo, intentar consensuar y con toda seguridad, necesitamos la voluntad de las partes. Difícilmente una persona puede tomar parte de algo, si no recibe la información adecuada y no se le consulta previamente a la toma de decisiones, y con todo ello, si no se le ofrece la posibilidad de proponer o no se valoran sus propuestas. Si existe voluntad y compromiso por parte de la dirección de la empresa y de los trabajadores y las trabajadoras y su representación legal, será fácil priorizar necesidades y lograr integrar la participación en la cultura de la empresa. Poco a poco, pero sin pausa. 

En definitiva, el camino y la estrategia a seguir que muestra la literatura nos lleva a la necesidad real de dar participación y de participar para corregir las deficiencias en la gestión preventiva de los riesgos laborales de las empresas, incorporando en su día a día la confianza y el afán de motivar a la plantilla, como base de su cultura preventiva. Como conclusión, unas ideas clave que sustentan los enfoques de ergonomía participativa:

  • Los trabajadores y trabajadoras son quienes mejor conocen su trabajo.
  • Los resultados en equipo son mejores y se gana en eficiencia y eficacia.
  • Es necesario cambiar “el modo tradicional de hacer prevención” en las empresas, donde el protagonista de la prevención no es la persona que se expone a los riesgos.
  • Los trabajadores y las trabajadoras forman parte de la empresa y las decisiones que se toman, afectan directamente a su trabajo y a su salud.
  • La participación activa facilita su integración en el sistema de gestión preventivo y sienta los cimientos para construir una buena cultura preventiva y real.

[i] Ergonomics and participation. In evaluation of human work: A Practical Ergonomics Methodology. 2nd Edition, JR. Wilson & Corlett, 1995. EN. (eds.) pp. 1071-1096. Taylor & Francis, London).