La vigilancia de la salud es un proceso de
observación sobre el estado de salud, colectivo e individual, de una población así como
de valoración sobre la posible relación entre dicho estado de salud con la exposición
de esa población a uno o más factores de riesgo.
Se conoce como vigilancia pasiva de la salud cuando la observación
descrita se realiza a partir de los datos recogidos en estadísticas habituales (p.e.
registro de accidentes). En el caso de los riesgos asociados a la manipulación de cargas,
el elevado número de trabajadores expuestos y la escasez de datos en los registros
existentes hacen necesaria una estrategia de vigilancia activa orientada a la búsqueda e
identificación de las personas con alteraciones músculo-esqueléticas.
En el Congreso de la Asociación Internacional de Ergonomía (IEA)
celebrado en 1997 se abordaron unas líneas generales para la vigilancia activa de la
salud de los trabajadores expuestos a riesgos musculo-esqueléticos por manipulación
manual de cargas:
1. Esta vigilancia activa de la salud debería cubrir tanto las
enfermedades relacionadas con el trabajo (p.e. hernias discales) como las que no son de
origen laboral (p.e. malformaciones congénitas) pues éstas permiten emitir un juicio de
«compatibilidad» individual entre la enfermedad y las condiciones de trabajo
específicas.
2. La vigilancia activa de la salud puede ser desarrollada por los
equipos médicos de las empresas (médicos del trabajo, personal de enfermería,
fisioterapeutas, etc.)
3. La vigilancia activa de la salud puede abordarse en tres fases:
a) Primer paso: administrar un cuestionario a todas las personas
expuestas con el fin de recoger información sobre los síntomas más recientes
(generalmente en los últimos 12 meses) y catalogarlos según su intensidad o severidad.
b) Segundo paso: exámen clínico de la columna mediante protocolos específicos a
aquellas personas que se han clasificado como afectadas en el paso anterior.
c) Tercer paso: aplicación de tests especiales (pruebas neurológicas, electromiografía,
etc.) a aquellas personas que lo requieran para completar su diagnóstico.
4. La frecuencia de esta vigilancia puede establecerse según el nivel de
exposición y los resultados obtenidos en los exámenes rutinarios de salud, pero en
términos generales se considera aceptable para la mayoría de los casos un chequeo cada 3
a 5 años.
5. Uno de los objetivos de la vigilancia de la salud es valorar si el
colectivo de trabajadores expuestos sufre más enfermedades que las esperadas en relación
con otros menos expuestos lo cual suele requerir la utilización de técnicas de
inferencia estadística además de disponer de datos adecuados referentes al conjunto de
la población trabajadora.
6. Otro objetivo es la identificación precoz de individuos afectados por
alteraciones de columna vertebral para los que podrian no ser aconsejables los niveles de
exposición considerados permisibles para sujetos sanos y, por tanto, debería buscarse un
puesto de trabajo alternativo.
Extracto de un artículo de: A.Grieco, E. Occhipinti, D. Colombini, G. Molteni
Unidad de Investigación Ergonómica de la Postura y el Movimiento
Universidad de Milan
Publicado en inglés en la revista Ergonomics, 1997, vol.40, nº10, págs. 1035-1056