FRANCESC MONTORO. Federació de Comunicació i Transports de CC.OO. de Cataluña.
Tenía SIDA. Cuando Marcos descubrió su enfermedad, en el verano del 2000, se encontraba en uno de esos intervalos de paro forzoso que utilizan las empresas con los contratos semestrales y que la eximen de incorporar a la plantilla los trabajadores. A partir de ese momento, fue objeto de un interrogatorio ultrajante por el médico de la empresa y obligado a someterse a analíticas sin sentido cuyo único objetivo fue tratar de aburrirlo y marearlo. Hubo que recurrir a Magistratura para conseguir que Marcos no perdiera el contrato de trabajo.
Inevitablemente uno recuerda la película 'Filadelfia' en la que Tom Hanks protagonizaba de forma conmovedorala historia dramática de un enfermo de SIDA. Sin embargo esta vez, el caso de nuestro compañero Marcos ha tenido un final feliz.
Otras diferencias sustanciales separan al personaje cinematográfico de la persona real. Cuando se rodó la película las expectativas vitales y de bienestar de los afectados por el VIH, el virus causante del SIDA, eran mucho más precarias. La investigación farmacológica ha alcanzado notables avances que están llegando a situar al VIH, salvando las distancias, como una enfermedad crónica más.
Muchas cosas han cambiado. La calidad de vida de los enfermos ha mejorado. Nuestra sociedad ha experimentado una evolución positiva en la aceptación normalizada de los enfermos del VIH. Sin embargo, muchas empresas, sordas y miopes a esta evolución, continúan instaladas en su cerrazón e insisten en la práctica de 'eliminar' el problema deshaciéndose del individuo.
Las pruebas del virus del VIH requieren del consentimiento expreso del interesado. Además, actualmente las pruebas suponen un coste muy elevado que no entra dentro de los presupuestos normales dedicados por las empresas a los exámenes médicos. Pero en el caso que nos ocupa, para solicitar una analítica general se requería una declaración de los fármacos que toma cada persona bajo el pretexto de que éstos pueden alterar el resultado. Y aquí es donde a Marcos le resultó imposible preservar el derecho a su intimidad. Los cócteles de medicamentos para combatir el SIDA no pasan desapercibidos para cualquier facultativo médico.
Así fue como Marcos resultó excluido primero de los listados del personal contratable y después fuera de las posteriores transformaciones a fijo que le correspondían por la antigüedad de su primer contrato con la empresa.
Desde ese momento, Yolanda Alcázar de la Secretaria de Política Social, Paco Pérez del Gabinet Jurídic de las CC.OO. de Catalunya y los delegados de prevención de la empresa nos pusimos a trabajar para presentar una demanda a Magistratura. El motivo estaba muy claro, Marcos había sufrido una discriminación que le arrebataba el derecho fundamental de acceso al trabajo por su estado biológico. Y esto tenía dos vertientes; la personal, cuyo resultado le condenaba a un futuro muy difícil para él y su familia, y la colectiva, que significaba que los reconocimientos previos no respondían a cuestiones preventivas sino a otras 'cosas'.
Tuvimos que recopilar diversa información que probara los hechos, como por ejemplo los protocolos médicos aplicados al personal de nueva entrada. Marcos exigió a la empresa toda la información médica en su poder. Recogimos los listados de personal y diversos testimonios. Fruto de nuestra acción sindical continuada en la empresa ya disponíamos de algunos documentos, otros tuvimos que conseguirlos expresamente. Claro, no fue ni inmediato ni fácil.
Se celebró el juicio y el resultado de la sentencia reconocióel derecho de Marcos a recuperar su puesto de trabajo. Lo curioso, sin embargo, es que el fallo no nos dio la razón en lo que justamente habíamos denunciado, la discriminación de la que había sido objeto. Extraño, muy extraño. Quizá la juez no se atrevió a dictaminar lo que se puso de manifiesto en la vista y optó por una pirueta legal que no la situara en una escabrosa controversia.
Hoy Marcos está haciendo lo que quería, trabajar. Hoy es un hombre un poco más feliz y completo. La película que está protagonizando Marcos transcurre por un momento dulce que no estaba previsto en el guión original. La cuestión es que todavía existen demasiadas películas con final triste.
Los delegados de prevención reivindicamos nuestro papel como protagonistas. De nosotros depende que no seamos considerados meros 'extras' o actores secundarios. Incluso a veces podemos conseguir un giro en el guión de la historia. Con trabajo la recompensa tarde o temprano llega, compañeros.
PD: Marcos, aún conservo tu mensaje de agradecimiento en el móvil, amigo.
![]() Sin salud laboral, todos estamos enfermos |
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El lema que la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres) ha elegido este año como titular para las celebraciones del 28 de abril Mejorar la salud pública mejorando la salud laboral - nos recuerda la estrecha relación e interdependencia que existe entre salud pública y salud laboral.
En cualquier sociedad, la salud y seguridad en el trabajo es un barómetro fiable de la calidad de la vida y de la salud pública. El amianto, el SIDA, las lesiones osteomusculares, las patologías psíquicas son claros ejemplos de lo difícil que a veces resulta separar los problemas de salud pública de los de salud laboral y viceversa.
Dentro de esa llamada de atención la CIOSL quiere poner el acento sobre el problema del SIDA, cuyos guarismos siguen siendo escalofriantes: 23 millones de trabajadores, la inmensa mayoría de ellos africanos, están afectados por la enfermedad, por lo que sugiere también otro lema de las movilizaciones del 28 de abril 'Parar el SIDA a través de acciones de salud pública en los lugares de trabajo'.