Desde la década de los 70, los sindicatos suecos han tenido el derecho legal de nombrar delegados regionales de prevención, les denominan Regional Safety Representatives (RSR). En Italia, los TUPAs reciben el nombre de "representantes para la seguridad territoriales” (RLST). La figura se originó en el sector de la construcción en el ámbito de los organismos paritarios. El papel de los RLST en relación con los organismos paritarios se incluyó en la normativa italiana que transpone la Directiva marco sobre salud y seguridad en el trabajo, primero en 1994 y de nuevo en 2008.
Kaj Frick, doctor en Sociología por la Universidad de Stockholm, es uno de los investigadores europeos que mejor conoce la experiencia de los TUPAs y el alma del proyecto europeo que les ha puesto nombre. Frick se inició en los 70 con una investigación sobre esta figura sindical: “nada más salir de la Universidad como graduado en sociología me propusieron hacer una investigación sobre las funciones de los delegados regionales de prevención y no he abandonado este tema de investigación desde entonces”. Lo que Frick no imaginaba en los 70 es que las transformaciones económicas a gran escala y la precarización del mercado del empleo haría de los TUPAs una figura estratégica en la Europa del siglo XXI.
En la actualidad, en Suecia, hay unos 1.700 TUPAs a tiempo parcial, que también asumen otras tareas: algunos son delegados de prevención de riesgos en grandes empresas, otros son sindicalistas que combinan su trabajo como TUPAs con otras tareas sindicales. El coste del sistema es de unos 20 millones de euros, sufragados en parte por el gobierno, pero casi el 50% del presupuesto está a cargo de los propios sindicatos. Los TUPAs visitan entre 50.000 y 60.000 lugares de trabajo al año. Esto significa quintuplicar el número de visitas de la Inspección de trabajo en el país. En cada visita revisan la documentación y supervisan las condiciones de trabajo, adaptando el enfoque a los riesgos más frecuentes en el sector en el que operan. Además, hablan con trabajadoras y trabajadores y con representantes sindicales de las empresas tratando de discutir los problemas que han identificado y sus propuestas de mejora con los gerentes. Casi todos los casos se resuelven luego directamente con la empresa sin que haga falta la intervención de la autoridad inspectora en salud laboral.
A la presentación del proyecto TUPAs en Bruselas, en noviembre de 2018, asistió, Tomas Kullberg, de profesión carpintero y miembro de la Confederaciónn de Sindicatos Suecos LO. Thomas Kullberg lleva 18 años compatibilizando su actividad como delegado sindical en una empresa de construcción con su labor como TUPA en Estocolmo. En su opinión la acción de los TUPAs sale adelante porque el miedo a que se produzca un accidente preocupa a los empresarios de las pequeñas y medianas empresas: “se da un nivel de cooperación razonablemente bueno con las direcciones de las empresas y las relaciones mejoran con el tiempo” afirma Kullberg. Las estadísticas de la actuación de los TUPAs en Suecia, que se recogen en los distintos informes anuales lo confirman: los resultados de las visitas de los TUPAS en un 55% fueron positivos. Cerca de una cuarta parte de las visitas de los TUPAS se iniciaron tras solicitud de la parte empleadora y sus sugerencias de mejora también fueron recibidas principalmente de forma positiva (56%) o neutral (37%).
El caso italiano
En Italia, los TUPAs reciben el nombre de “representantes para la seguridad territoriales” (RLST). La figura se originó en el sector de la construcción en el ámbito de los organismos paritarios. El papel de los RLST en relación con los organismos paritarios se incluyó en la normativa italiana que transpone la Directiva marco sobre salud y seguridad en el trabajo. Las leyes italianas delegan la definición de las modalidades concretas de intervención de los TUPAs a la negociación colectiva. En Italia, hay un segundo tipo de representación sindical para la salud y seguridad que desborda el marco tradicional de la empresa: el representante de los trabajadores en el sitio productivo (Rappresentante dei Lavoratori per la Sicurezza nel Sito Producttivo en italiano), una figura que actúa en lugares como los puertos donde la actividad exige la cooperación intensa entre numerosas empresas de diferentes ramas.
Simona Baldanzi trabaja como TUPA en la provincia de Prato, en la Toscana, donde se da una notable implantación de la industria textil. Esta representante sindical también asistió a la presentación del proyecto europeo en Bruselas y nos cuenta el caso de un comercio de muebles donde se daba una clarísima exposición a riesgos psicosociales de sus trabajadoras. Entre otras formas de acoso, las dependientas eran calificadas por sus ventas cada semana y sus nombres aparecían en un mural donde las triunfadoras estaban en la cima de la montaña y las menos productivas eran calificadas como “ovejas negras”. La delegada sindical de la empresa acababa de ser elegida y no sabía cómo hacer frente a una situación tan compleja de abuso y menosprecio de las trabajadoras. Simona le ofreció el apoyo experto que necesitaban y juntas iniciaron una fuerte campaña sindical que supuso un conflicto importante con la empresa. Finalmente la actuación acabó con una denuncia y con el reconocimiento de una enfermedad profesional a la trabajadora que padecía un cuadro depresivo a causa del acoso sufrido
Otras intervenciones menos conflictivas ofrecen una muestra de las posibilidades de los TUPAs para intervenir en las pequeñas empresas aportando un conocimiento técnico y unos recursos que muchas veces los responsables de las compañías no poseen. Simona relata el caso de una empresa de archivo de papel donde había un serio problema de polvo en la atmósfera del lugar de trabajo. Ella se entrevistó con todos los trabajadores y con la empresa y a raíz de su informe, la gerencia decidió consultar a su servicio de prevención y finalmente instaló un sistema de aspiración de aire que evitó esa exposición nociva al polvo. Otro caso interesante es el de una empresa pequeña donde había un comprensor que hacía mucho ruido. La empresa atravesaba por dificultades y los propietarios temían tener que cambiar el compresor haciendo una gran inversión. Gracias a las gestiones de Simona averiguaron que cambiando sólo una válvula era posible solucionar el problema. Simona Baldanzi valora que con este tipo de actuaciones las empresas empiezan a confiar en los TUPAs y se dan cuenta de la importancia de invertir en salud laboral: “muchas veces los empresarios también son trabajadores y enferman como enferman sus plantillas, por lo que están más receptivos de lo que cabría esperar” explica.
Daniele Di Nunzio, de la Fondazione Di Vittorio, nos da una clave para entender la potencialidad de esta figura: “Los TUPAs nos permiten hablar con las personas más vulnerables y esto, en un mercado laboral como el actual es de extraordinaria importancia para que los sindicatos sigan cumpliendo con su misión en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras”. Como señala Simona Baldazi: “nuestra debilidad como TUPAs es que no estamos trabajando con ellos día a día, pero nuestra gran ventaja es que no dependemos de la empresa y por tanto podemos hacerles frente con contundencia cuando es necesario”.