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Clima laboral e implicación de los trabajadores

Vie, 15/04/2005 - 12:19
PERE BOIX

Clima laboral e implicación de los trabajadores
Investigadores demuestran que la participación de los trabajadores en prevención requiere compromisos fuertes por parte de la empresa

PERE BOIX

¿Qué es lo que motiva a los trabajadores a preocuparse por su propia seguridad? ¿Cómo llegan a ser prudentes, a proponer mejoras o a colaborar en las políticas de prevención? Un grupo canadiense de investigadores sociales de la prevención, dirigidos por Marcel Simard y Marie-Claire Carpentier-Roy, han intentado responder a estas preguntas. Según ellos, el tipo de relaciones que mantienen los trabajadores entre sí y con sus superiores es lo que más condiciona los comportamientos de seguridad o de riesgo de los trabajadores. Una vez más, la evidencia muestra que sin un buen clima de trabajo la pretensión de que los trabajadores se impliquen activamente en prevención es una falacia.

Un estudio (1) realizado por el GRASP (Groupe de Recherche sur les Aspects Sociaux de la Prévention) sobre una muestra de 1.374 trabajadores de 9 empresas industriales ha puesto de relieve una de las claves de la participación de los trabajadores en prevención: cuanto más respetados, consultados y escuchados se sienten, mayor es su disposición a implicarse en la solución de los problemas. En caso contrario, se repliegan en sus propias reglas e, incluso, llegan a negar la realidad del riesgo.

El estudio demuestra también que para que los trabajadores apoyen activamente las políticas de prevención, la dirección debe conseguir una imagen de credibilidad en materia de salud y seguridad.

Si la empresa cumple, los trabajadores también cumplen

Según el equipo de investigación es el propio comportamiento de la dirección, y no los discursos o las consignas, lo que favorece la prudencia en los trabajadores, es decir, el respeto a las reglas y procedimientos de seguridad en el trabajo diario. Si los encargados escuchan y tienen en cuenta las demandas y sugerencias de los trabajadores, éstos suelen aplicar las normas de seguridad. Por el contrario, cuando los encargados son percibidos como meros controladores o practican la política de “divide y vencerás” entre los trabajadores, lo más probable es que cada cual trabaje a su aire, con sus propias reglas de seguridad y al margen de las normas prescritas.

Cuanto mayor es la gravedad de los riesgos percibidos por los trabajadores, menos dispuestos están a aplicar los procedimientos prescritos si no se sienten escuchados, ya que desconfían de dichos procedimientos o los consideran inadecuados.

Tener iniciativas requiere diálogo y confianza

Dos ejemplos extraídos del mismo estudio ilustran la influencia que el diálogo y la confianza ejercen sobre las iniciativas de los trabajadores en materia de seguridad. El caso de una empresa de aluminio en la que según dicen los propios trabajadores: “cuando hay un problema o alguna cosa que hay que modificar, nos consultan”. En dicha fábrica se trabaja en equipo y los operarios se sienten estimulados a proponer mejoras porque saben que la dirección, como mínimo, las tendrá en consideración.

En el extremo opuesto, los trabajadores de una empresa de fabricación de productos cerámicos consideran que su experiencia no se tiene en cuenta en absoluto: “pedimos y sugerimos cosas para mejorar la situación pero siempre es el ingeniero el que tiene la última palabra ¡lo que decimos nosotros no vale para nada!” Como resultado, los trabajadores van a la suya y funcionan de forma totalmente individualista en materia de seguridad.

Cuatro lecciones

En su informe, el equipo de investigadores propone como conclusión cuatro recomendaciones generales:

  • Los trabajadores son especialmente sensibles a las prácticas de gestión de la prevención: han de estar convencidos de que la empresa se esfuerza por asumir sus propias responsabilidades.

  • La dirección debe promover el trabajo en equipo, la ayuda mutua y el enriquecimiento de las tareas: si los trabajadores se apoyan entre sí es más fácil que desarrollen estrategias de seguridad comunes.

  • No basta con informar a los trabajadores sobre los riesgos, sino que se debe promover una comunicación interactiva para que expresen su propia experiencia.

  • El Comité de Seguridad y Salud debe favorecer el contacto regular con los trabajadores para informarse de sus problemas, promover la participación directa tanto de los trabajadores como de los supervisores y, sobre todo, hacerse visible en los lugares de trabajo.

(1)  Simard M, Carpentier-Roy M-C, Marchad A, Ouellet F. Processus organisationnels et psychosociaux favorisant la participation des travailleurs en santñe et en sécurité du travail. Rapport R-221 (Texto completo del informe disponible en www.irsst.pc.ca)

 

Los delegados de prevención entre la espalda y la pared

Los Delegados de Prevención se sienten a veces entre la espada y la pared, dado que tienen que enfrentarse a la empresa y no siempre cuentan con el apoyo de los trabajadores. Ello se ve agravado por la existencia creciente de importantes colectivos que, por sus condiciones de precariedad, difícilmente pueden implicarse de forma abierta en la defensa de unas condiciones de trabajo dignas.

Sin embargo, los representantes de los trabajadores en materia de salud y seguridad llevan a cabo una incesante actividad en la empresa: atienden consultas de los trabajadores, visitan los puestos de trabajo, desarrollan actividades de formación e información, realizan propuestas a la dirección, participan en la evaluación de riesgos. Frente a estas actividades “constructivas”, realizan también acciones de presión o de denuncia, aunque con menos frecuencia. Si las primeras son desarrolladas normalmente por más del 70% de los delegados, no llegan al 20% quienes afirman haber propuesto paralizaciones por riesgo grave, realizado denuncias ante la Inspección de Trabajo u organizado acciones de protesta con los trabajadores.

Esto es lo que ellos mismos manifiestan, según un informe elaborado por ISTAS a partir de una encuesta sobre una muestra de 1.200 delegados/as de prevención de toda España. El objetivo del estudio era conocer las actividades, percepciones y necesidades de los delegados de prevención en torno a la salud y seguridad en el trabajo.

Entre los delegados que consideran que en su empresa la salud y seguridad no están suficientemente protegidas, un 86% lo atribuyen a la insuficiente inversión económica de la empresa, un 40% a la no participación de los trabajadores y un 34% a la falta de implicación de los mandos intermedios. Los riesgos más percibidos por los delegados son los que tienen que ver con la ergonomía y la organización del trabajo.

Los delegados reivindican una mayor atención del sindicato a la salud laboral. Demandan más y mejor formación, mayor apoyo y asesoramiento técnico- sindical, más presencia de la salud laboral en la negociación colectiva, mejores herramientas sindicales que faciliten la relación con los trabajadores y aumentar la consideración y el prestigio de la salud laboral en el conjunto del sindicato.