Un caso de exposición a bajas temperaturas fue resuelto de manera ágil gracias a la intervención sindical. Se trata de un caso de exposición a temperaturas extremadamente bajas en un centro de trabajo destinado a la venta al por mayor y perteneciente a una conocida cadena de supermercados con sede en Valladolid. El problema constructivo empieza a manifestarse ahora de nuevo con el calor, aunque en agosto se podrá evaluar si es o no soportable.
El problema de exposición a bajas temperaturas se generó a raíz del cambio de ubicación del centro de trabajo a unas instalaciones nuevas que se encuentran a las afueras de la ciudad y cuyas condiciones constructivas no obedecen, en modo alguno, a los criterios establecidos en el real decreto que regula las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. El centro de trabajo se ubica en una superficie comercial dedicada al sector mayorista alimentario y en el que se han acogido distintos servicios (locales comerciales, frutas, pescado, etc.). En un principio se pensó que el cambio sería para mejor, ya que se vendió como la unidad alimentaria más grande de Castilla y León y la más moderna del territorio español; sin embargo, el descontento de todas las empresas que ocupan el nuevo mercado es generalizado. Concretamente en el caso que nos ocupa, el centro de trabajo ha sido diseñado sin que se haya tenido en cuenta ningún medio de calefacción.
Los delegados denuncian e Inspección corrobora
Al comenzar el periodo invernal, los delegados de prevención acuden a la Asesoría de Salud Laboral para informarse sobre la reglamentación específica en relación a las temperaturas mínimas que debe haber en los lugares de trabajo, ya que hay trabajadores y trabajadoras que desarrollan su actividad a temperaturas inferiores a los 7 ºC. Con la reglamentación en la mano, los delegados de prevención dirigen un escrito a la empresa informándoles de la situación que se está padeciendo en el citado centro de trabajo con el fin de que tomen las medidas oportunas para subsanar dicha situación.
La reacción de la empresa es entregarles un polo y una cazadora, y no plantear ninguna medida para resolver el problema. Ante esta respuesta, los delegados denuncian a la Inspección de Trabajo, que se presenta en menos de una semana y confirma que las condiciones a las que están expuestos los trabajadores son inaceptables. Se requiere a la empresa para que lo solucione antes de una semana y como medida inmediata se proporcione ropa de trabajo adecuada, además de realizar un estudio termohigrométrico en los distintos puestos de trabajo de dicho centro.
La empresa amenaza con cerrar
En la evaluación de las condiciones ambientales se corrobora lo que los delegados de prevención y trabajadores habían denunciado. Los delegados demandan que en el centro de trabajo se instale un sistema de calefacción. Sin embargo, la empresa alega que si tiene que hacer una inversión tan grande prefiere cerrar el centro de trabajo, ya que no les sale rentable. Los delegados de prevención, después de una asamblea con los trabajadores y trabajadoras, acceden a que se implante otro tipo de medidas preventivas antes de que la plantilla afectada se vea en la calle. Después de negociar se acuerda instalar mamparas de protección en la entrada del centro, dotar de equipos de protección personal acorde a las necesidades de los trabajadores, que se eligen con la participación de éstos. Igualmente se establece que se den instrucciones claras a todos los encargados de tienda para que mantengan las temperaturas en los parámetros legales, es decir que integren las medidas preventivas entre sus competencias cotidianas.
En principio, con estas medidas, el problema del frío se ha solucionado bastante, pero como el origen del riesgo es de una construcción que para nada ha tenido en cuenta las condiciones de trabajo, ahora los trabajadores y trabajadoras empiezan a pasar calor y están a la espera de lo que les depare el verano.