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Las víctimas del dumping social en el transporte por carretera

Mar, 07/05/2019 - 09:42
BERTA CHULVI
Dossier

Las condiciones de trabajo de los conductores de mercancías plantean retos importantes en materia de salud laboral. La incidencia de accidentes de trabajo en este colectivo es muy superior a la del conjunto de los trabajadores y está directamente relacionada con la extensión de las jornadas y la fatiga que esto conlleva. Sin embargo, para negociar con las empresas la articulación de medidas preventivas, los sindicatos de toda Europa se encuentran hoy frente a un obstáculo mayor: el dumping social practicado por los grandes flotistas que crean “empresas buzón” en Europa del Este en busca de menores costes laborales. La Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO, junto con las federaciones sindicales internacionales y europeas del sector transporte, está luchando para instar a los gobiernos a frenar a esta práctica.

dumping socialEn un artículo reciente publicado en por Experiencia, Claudia Narocki analizaba las condiciones de trabajo de los conductores de mercancías y las patologías laborales que se derivan de estas. Un aspecto fundamental de las condiciones de trabajo de los conductores son las largas jornadas que en el caso de los viajes internacionales plantean duras condiciones de vida: los conductores hacen sus comidas, pausas y descansos en torno al vehículo, durante días y varias semanas porque las dietas que perciben son insuficientes para cubrir gastos de pernoctación y comidas. Además las empresas les obligan a prestar guardia y custodia de los vehículos y mercancías frente a posibles robos. El puesto de trabajo exige que los conductores permanezcan sentados durante periodos de tiempo muy prolongados y muchos conductores realizan también manipulación manual de cargas.

En función del diseño del camión y de las características de las carreteras, los conductores están expuestos también a distintos niveles de vibraciones de cuerpo entero. Y aunque muchas cabinas tienen buena insonorización, están expuestos a altos niveles de ruido cuando están en la carretera, y durante la carga y descarga, etc. Los conductores pueden estar expuestos también a otros factores de riesgo laboral, en función de las características de la carga que transportan; pueden estar expuestos a sustancias químicas, radiactivas o a riesgos biológicos. Esto puede ocurrir durante las operaciones de carga y descarga, o por fugas accidentales; además están expuestos a contaminación derivada de humos de motores y vapores de combustibles. Reducir estas exposiciones a riesgos laborales es urgente, sin embargo, la mejora de las condiciones de trabajo de este colectivo  y la articulación de medidas preventivas se encuentra frente a un problema mayor en toda Europa: el dumping social.

El dumping social dinamita la salud laboral

El pasado enero, en la localidad belga de Ypres, la inspección de trabajo incautó 24 camiones de la empresa Sitra y tomó declaración a 67 conductores de nacionalidad búlgara, lituana y polaca que supuestamente trabajaban para una empresa polaca. La empresa era, en realidad, una “empresa buzón”, es decir, no tenía actividad en Polonia pero contrataba a sus trabajadores acogiéndose a la normativa salarial polaca. Este es un claro ejemplo de lo que se conoce como “dumping social”: la deslocalización de empresas de transporte a Europa del Este en busca de menores costes laborales de los conductores, una práctica que dinamita por la base todo esfuerzo por mejorar la salud laboral en el sector de transporte por carretera.  Las grandes empresas españolas también están recurriendo a esta práctica cuya denuncia ha llegado al Senado español de la mano de la senadora  de ERC, Laura Castel: “El salario anual de un conductor en España puede estar en torno a los 20.000 euros. En Rumanía, por ese mismo trabajo, el conductor cobra 5.000 euros y en Bulgaria 3.000 euros” afirma Castel en su intervención en el Senado. Con esos salarios los trabajadores de esas “empresas buzón” deben sobrevivir en Europa Occidental y además mandar dinero a casa.

La situación es común al conjunto de países europeos y es tan escandalosa que ha saltado a los medios de comunicación de masas. En marzo de 2017, la BBC hizo un reportaje siguiendo a los camiones que transportaban los productos de IKEA. La historia de Emilian, un conductor rumano que trabaja para la sucursal eslovaca de una empresa de transporte noruega, dió la vuelta al mundo como un claro ejemplo de unas condiciones de trabajo inaceptables. Emilian transporta productos de IKEA por toda Europa percibiendo el salario mínimo de Eslovaquia, donde nunca ha trabajado. Cobra unos 444 euros mensuales. Por el mismo trabajo, según la legislación laboral Sueca debería cobrar 2.017 euros mensuales. Con el salario que cobra, en sus días de descanso no puede pagarse ni la más barata de las pensiones y ha de quedarse a vivir en la cabina del camión. Estos trabajadores comen, duermen y cocinan en el camión durante meses. Viven en áreas de descanso donde no hay ni agua potable. Emilian resumió su situación con una frase: “la cabina es como una jaula y yo como un pájaro encerrado”.

Estas condiciones de trabajo inaceptables no sólo afectan a los trabajadores de las “empresas buzón” sino a todo el sector. Como explica Juan Munera, responsable de salud laboral del sector de Carretera y Logística de FSC-CCOO, el dumping social tiene repercusiones gravísimas sobre todo el conjunto de trabajadores del sector: “Hay empresas que sí cumplen la legislación en materia de salud laboral pero cada vez nos encontramos con más problemas para introducir mejoras en esas condiciones de trabajo ya que si han de hacer frente a esta competencia desleal, guiada por la codicia de algunos empresarios, las empresas se plantean reducir costes sea como sea y siempre es acosta de la salud de los trabajadores”.

La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y la Federación Europea de Transportes (EFT)  llevan tiempo denunciando las consecuencias del dumping social en las condiciones de empleo y vida de los conductores. La campaña “Stop Dumping. Fair Transport” lanzada en toda Europa por los sindicatos tiene ese objetivo. El pasado año, el sector de Carretera y Logística de FSC-CCOO, en colaboración con el sindicato de transportistas portugués, FECTRANS, trasladó la campaña a España y Portugal. Algunos gobiernos europeos han reaccionado a esta situación y en 2016 pusieron en marcha la “Alianza Europea por la Carretera” con el objetivo de hacer frente a este problema. En esa alianza se encuentran Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, Noruega, Holanda y Suiza pero España no se ha adherido a esta alianza.

Una nueva amenaza: el Paquete de Movilidad Europeo

Un nuevo peligro se cierne sobre la salud laboral de los transportistas españoles con la aprobación del Paquete de Movilidad Europeo. Los sindicatos europeos, y con ellos CCOO, han lanzado la campaña: “La fatiga mata. Tu seguridad está en juego” para tratar de impedir la aprobación del Paquete de Movilidad tal y como ha sido presentado hasta la fecha. Juan Munera, explica  la situación: “ En el borrador del Paquete de Movilidad que se debate en estos momentos, la presidencia austriaca propone un periodo de referencia de 4 semanas para la distribución de los descansos, eliminando así el periodo de referencia de 2 semanas que existe en las regulaciones actuales. Los efectos de esta propuesta sobre los conductores españoles y sobre la seguridad vial serán desastrosos. Provocarán un cambio total en los horarios de trabajo y causarán más fatiga, ya que las 45 horas semanales de descanso se retrasarán 6 días más. En consecuencia, los conductores pasarán menos fines de semana con sus familias. En la práctica, este acuerdo supone que nuestros trabajadores trabajarán 3 semanas, durante las cuales solo descansarán 2 días, en vez de trabajar 2 semanas y descansar 3 días, como sucede actualmente”.
 

La aplicación de las normas sobre el tiempo de trabajo, tiempo de conducción y descanso y tacógrafos están lejos de ser suficientes para luchar eficazmente contra el fenómeno de "empresas-buzón" y la precarización de las condiciones laborales que éstas facilitan: “Hay quien argumenta -explica Juan Munera- que el límite de 90 horas de conducción cada 2 semanas evitará que los conductores trabajen 3 semanas consecutivas con tan solo 2 días de descanso. En otras palabras, que una segunda semana con 24 horas de descanso al finalizar la misma sería inviable, ya que el conductor llegaría antes a su límite de 90 horas de conducción permitido por la legislación en vigor. Sin embargo, este no es el caso si tenemos en cuenta que a los tiempos de conducción hay que añadir tiempos en otros trabajos (repostaje, documentación, estiba-desestiba, etc) y la llamada presencia. Sucede lo mismo en el caso de los conductores de autobús y autocar, sus tiempos de espera y otras tareas, tales como recoger y dejar a pasajeros, suponen una parte importante del tiempo que pasan trabajando y como el vehículo está parado no se registran en el tacógrafo. De acuerdo con la propuesta de la presidencia austriaca, sería totalmente posible que trabajasen 6 días a la semana durante 3 semanas consecutivas sin llegar a superar los límites semanales de tiempo de conducción”.

Para CCOO, una segunda propuesta inaceptable de la presidencia austriaca es el tiempo de descanso en cabina, que según el nuevo Paquete de Movilidad se permitiría siempre que la cabina cumpla con ciertos requisitos: “En la práctica una cabina nunca es mayor de 4 metros cuadrados, con un 80% del espacio ocupado por el salpicadero, el asiento y la litera y la cama nunca tiene una anchura mayor de 80 centímetros, la mayoría de estas camas tienen una hendidura que permite que los conductores ajusten el asiento cuando conducen y una cabina nunca tiene equipamiento sanitario. El Reglamento 561/2006 ya permite que los conductores pasen un total de 12 días realizando los descansos en la cabina de los vehículos pero la actual propuesta de la presidencia austriaca lo permite sin límites ” explica Juan Munera.

CCOO exige a Fomento que actúe en defensa de los trabajadores

El pasado mes de noviembre, la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO envió una carta al  Ministro de Fomento, José Luís Ábalos, para  pedirle que se reúna con los trabajadores del sector de la misma forma que está haciendo con las patronales del transporte, pero de momento no ha recibido respuesta del Ministro. CCOO exige al Ministro que España se sume a las acciones para acabar con el dumping social  que están defendiendo otros gobiernos europeos y que haga frente a las propuestas del Paquete de Movilidad que pretende aprobar la Comisión Europea. Sin embargo, a pesar de su intervención en el Senado el pasado mes de junio donde parecía que iba a primar la defensa de los derechos de los trabajadores, el ministro Ábalos sigue sin tomar cartas en el asunto.

Los sindicatos europeos tienen una plataforma de propuestas bien articulada que Mario Martín, secretario General Sector estatal Carretera y Logística FSC-CCOO trasladó al ministro Ábalos por escrito. Una plataforma que permitiría defender la salud de los trabajadores luchando contra el dumping social. Como explica Martín: “Al Gobierno español le hemos pedido que no preste su apoyo a ningún enfoque general del Consejo de Ministros de Transporte europeos hasta que el periodo de referencia de 4 semanas para la distribución de los tiempos de descanso se retire del texto del acuerdo y se sustituya por el periodo actual de 2 semanas. Le pedimos que no firme el acuerdo hasta que el descanso semanal en cabina se elimine del texto y desaparezcan también todas las exenciones al desplazamiento, excepto aquellas referidas únicamente al transporte bilateral simple”.

La propuesta de la Federación Europea de Trabajadores de Transporte (ETF) para luchar contra el dumping social es fácil de aplicar con la actual legislación europea, sólo requiere voluntad política. La primera medida consiste en que los  documentos electrónicos obligatorios sustituyan a los documentos en papel, lo que reduciría considerablemente la posibilidad de fraude en el transporte por carretera. La ETF propone la existencia de una declaración comunitaria de desplazamiento electrónica por conductor y por desplazamiento. Un contrato electrónico de servicio (e-CMRs) y una nómina electrónica. Además al ETF exige acceso en tiempo real a la documentación mencionada por parte de todas las autoridades competentes, con el fin de mejorar el control. Sería necesario, además, otorgar a los Estados Miembros la posibilidad de pedir más pruebas relativas a la documentación de desplazamiento.
 

Como señala Juan Munera, la propuesta de ETF no implica ninguna modificación de las normas comunitarias existentes. Tan sólo requiere sólo ajustes menores de las decisiones ya adoptadas por la Comisión Europea y la aplicación de los instrumentos existentes. Si no ganamos esta batalla legal contra el dumping, la salud de todos los trabajadores del sector se va a ver seriamente comprometida porque la extensión de la jornada y los bajos salarios son una combinación explosiva: todas las exposiciones a riesgos se multiplican en estas condiciones de precariedad”