Tras el continuado incremento de los accidentes in itinere se encuentra, además de un cambio en la configuración espacial de nuestras ciudades, la precariedad laboral. Como muestra un dato: las personas con contrato temporal multiplican por 1,5 el índice de accidentes de aquellos con contrato indefinido. La prevención de los accidentes in itinere es posible y urgente.
El pasado 7 de febrero fallecieron 5 trabajadores de la construcción, vecinos de la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan, al chocar frontalmente su vehículo con un camión. Regresaban de trabajar en las obras del AVE en Loja, en la provincia de Granada, a unos 200 kilómetros de sus hogares y tras completar una jornada de trabajo. Uno más de los accidentes in itinere mortales y múltiples que cada cierto tiempo saltan a los titulares de prensa en España: cinco muertos y tres heridos en una furgoneta en Lorca (26 de abril de 2016), tres muertos en un paso a nivel de Guadalajara (4 de mayo de 2018), un muerto y cinco heridos en Caravaca de la Cruz (26 de junio de 2018)…así suma y sigue.
El tráfico como causa de accidentes de trabajo ha ido ganando peso en los últimos años, y uno de los factores que explica este fenómeno es el incremento de los accidentes in itinere. En los últimos tres años el número de accidentes in itinere aumenta por encima del conjunto: 7,1% en 2015, 8,3% en 2016 y 5,6% en 2017. Ese En 2017 alcanzaron la cifra de 81.524, de los cuales 50.475 fueron debidos al tráfico, un 62%.Un total de 133 de estos accidentes in itinere fueron mortales, 120 por accidentes de tráfico, un 90%. Además, los accidentes in itinere ya suponen un 13,7% del total de accidentes con baja, cuando en 2007 antes del inicio de la crisis sólo suponían un 9,5%.
Más deplazamientos que antes
En las últimas décadas se ha producido una profunda modificación de los usos del suelo en el espacio urbano, que no sólo ha impactado en la configuración de las ciudades sino que ha transformado de manera radical el modo en el que trabajadoras y trabajadores se desplazan para ir y volver del centro de trabajo. Dos factores principales están detrás de esa transformación. Por un lado, el incremento del precio de compra y alquiler de vivienda en localidades consolidadas. Ese aumento de precios ha expulsado en mayor medida a la población joven que se ha visto obligada a desplazarse a otras localidades alejadas de lo que hasta ese momento venía siendo su vida cotidiana. Por otro lado, el traslado de los centros de trabajo a polígonos industriales y parques tecnológicos donde las empresas encuentran mejores condiciones económicas para la instalación de sus centros productivos. La conjunción de estos dos factores tienen como efecto inmediato un aumento en el tiempo y la distancia de los desplazamiento necesarios para ir y volver del trabajo y, por lo tanto, una mayor exposición a sufrir accidentes in itinere.
Precariedad en las relaciones laborales
Pero también hay factores puramente laborales que inciden de manera importante en este aumento de la siniestralidad in itinere y que están asociados al ciclo de crisis económica y la extensión de un modelo de relaciones laborales basado en la precariedad. Un dato que llama la atención es cómo desde 2009 se produce un mayor número de accidentes in itinere en mujeres que en hombres. Incluso es mayor la incidencia en trabajadoras cuando estos accidentes son debidos al tráfico, a pesar que las mujeres utilizan menos el vehículo privado para desplazarse al trabajo y, en el conjunto de las cifras de siniestralidad vial, aparecen por debajo de los hombres.
Varias pueden ser las causas que explican este fenómeno pero, sin ninguna duda entre ellas está la especial incidencia de la contratación a tiempo parcial no deseada en las mujeres frente a los hombres: 3 de cada 4 personas ocupadas a tiempo parcial son mujeres. En estos casos, para mantener un nivel de ingresos adecuado, las mujeres se ven obligadas a compaginar varios empleos, aumentando el número de desplazamientos en una misma jornada y aumentando la exposición al riesgo in itinere. A ello debemos sumar la doble presencia ya que, todavía, son las mujeres trabajadoras las que asumen en mayor medida las tareas de cuidados de la familia y el hogar, aumentando el número y la duración de sus desplazamientos.
Si recurrimos a los datos del “Informe de accidentes laborales de tráfico 2017”, elaborado por el INSST, podemos ver que las incidencias más altas de accidentes in itinere de tráfico se registran en colectivos especialmente afectados por la precariedad, por mayores cargas y ritmos de trabajo y en consecuencia por la fatiga. Es el caso de los jóvenes, pues son los tramos de edad por debajo de los 35 años los que presentan mayores índices de incidencia, llegando en algunos de ellos a casi duplicar el índice general. Lo mismo sucede si ponemos el foco en la ocupación, siendo los peones de agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y transporte los que duplican el índice medio. Los asalariados con contrato temporal multiplican por 1,5 el índice de accidentes de aquellos con contrato indefinido. Y las actividades relacionadas con el empleo, división que engloba a las empresas de trabajo temporal, multiplican por 3 el índice general.
Hace años que desde CCOO e ISTAS-CCOO venimos formulando una propuesta para desarrollar un modelo de movilidad al trabajo sostenible y segura que no sólo contribuya a reducir los impactos ambientales del transporte sino que constituya la mejor de las medidas preventivas para enfrentarse al riesgo de accidente in itinere. Poner en marcha esta propuesta supone una transformación de modelo de transporte con profundas consecuencias sociales, económicas y culturales que exigen de una apuesta decidida por parte de los responsables políticos que dirigen las administraciones.
Un buen ejemplo de lo que decimos es la necesidad de una Ley de Movilidad Sostenible, cuestión pendiente a nivel estatal pero que ha tenido desarrollo en algunas Comunidades Autónomas como Catalunya, Asturias y Comunidad Valenciana. Estas leyes autonómicas sí incluyen en su articulado obligaciones en el ámbito laboral. Además, existe una norma de ámbito estatal a tener en cuenta, la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, que articula la figura del gestor de movilidad invitando a las administraciones públicas y al sector privado a incorporar esta figura en el ámbito correspondiente.
En los ámbitos de representación institucional CCOO defiende la necesidad de impulsar políticas públicas que garanticen la seguridad y puntualidad del transporte público, con horarios adaptados a las jornadas laborales de las y los usuarios y con precios que estimulen su uso frente al vehículo privado, la adaptación y construcción de nuevos espacios para la interconexión de distintos modos de transporte público y que favorezcan la intermodalidad o una apuesta por los desplazamientos a pie o en bicicleta como transporte seguro al trabajo protegiendo y mejorando las aceras y con unos carriles bici que discurran por calzadas separadas y donde las personas que usan la bicicleta estén protegidas de la circulación de los vehículos.
En el marco de la negociación colectiva en la empresa, CCOO apuesta por la elaboración de planes de movilidad rigurosos, que incorporen la figura del gestor de movilidad en incluyan medidas como:
- Apostar por el transporte colectivo, con criterios de racionalidad, dimensionando los vehículos de forma que se optimice su uso y eficiencia y estableciendo enlaces con las redes de transporte público.
- Incentivar los desplazamientos a pie, bicicleta y el uso del coche compartido.
- Subvencionar por parte de la empresa, de forma negociada y como una acción positiva, la utilización de estos modos de desplazamiento.
- Financiar por parte de la empresa el título de transporte público de carácter personal al conjunto de la plantilla, con independencia de su fecha de ingreso y situación laboral, incluyendo a trabajadores y trabajadoras subcontratadas.
- Incorporar en la gestión de la prevención la evaluación de los riesgos derivados de la movilidad como parte del plan de prevención.
- En aquellas empresas que tengan el sistema de gestión ambiental ISO 14001 o el Reglamento EMAS, se incluirá una auditoría de movilidad.
- Excluir explícitamente el permiso de conducir y la propiedad de un coche como criterio de selección para obtener un puesto de trabajo. En cualquier caso solo se podrá exigir como condiciones necesarias para el desempeño del puesto de trabajo.
- Establecimiento de criterios de permuta para la reubicación de las trabajadores y trabajadores de manera voluntaria para acercar el lugar de trabajo al de la vivienda.
La apuesta de nuestro sindicato por la movilidad sostenible y segura se demuestra en la gran producción de materiales y guías que ponemos a disposición del público en el Centro de Referencia de Movilidad al Trabajo de ISTAS-CCOO y en la formación que impartimos a nuestras delegadas y delegados: sólo en 2018 hemos formado a 160 personas como gestoras de movilidad.