El conocido como Síndrome del Edificio Enfermo no es un problema nuevo, sin embargo, está lejos de ser un problema superado. La arquitectura actual diseña edificios herméticos cuyas consecuencias negativas para la salud de las personas sorprenden a la opinión pública. El último episodio se ha producido en la nueva sede de Gas Natural en Barcelona: más de 165 trabajadores afectados por un trastorno dermatológico leve, 1.000 desalojados durante dos días y ya se están detectando otras patologías relacionadas con la humidificación artificial de aire que se ha instalado, provisionalmente, como medida de control del riesgo.
A mediados del mes de febrero, los empleados de Gas Natural que trabajan en la nueva sede de la compañía en Barcelona, empezaron a notar unos extraños síntomas: unas marcas en los muslos que no provocaban dolor. Los trabajadores se pusieron en contacto con el servicio médico de la empresa que inició una investigación. El 2 de marzo, el Departamento de Trabajo de la Generalitat comunicó que 165 empleados y empleadas de Gas Natural estaban afectados por una "lipoatrofia semicircular", afección que consiste en una pérdida de tejido adiposo en las piernas. Sus causas podrían ser la acumulación de cargas electrostáticas alrededor de las mesas de trabajo en conjunción con el clima seco de la oficina. Se trata de una dolencia leve y reversible de la que ya había antecedentes. En 1995, la padecieron 900 empleados de un banco belga.
La reacción de Gas Natural fue inmediata: desalojó durante dos días a los 1.000 empleados de las oficinas, instaló tomas de tierra en las mesas de trabajo y unos aparatos de humidificación artificial como solución provisional para evitar la sequedad del aire. Algunas de estas soluciones están provocando otras dolencias y molestias a los trabajadores. Al utilizar los humidificadores agua del grifo, la cal que se difunde con el vapor de agua ha producido alergias que han obligado a la empresa a instalar descalcificadores. Algunos trabajadores están teniendo problemas de irritación en los ojos, sequedad de garganta y contracturas. A la situación de disconfort creada por la humidificación artificial se añade el hecho de que estos aparatos son ruidosos y generan un sonido permanente que alcanza los 50 dB(A). Según los Delegados de Prevención el servicio médico de la empresa está respondiendo pero la plantilla está "tocada".
Este caso ni es el primero ni será el último. Ya en 1984, un comité de la Organización Mundial de la Salud, estimó que en un 30 por ciento de los edificios nuevos o remodelados se producía un número excesivo de problemas de salud relacionados con la calidad del aire. El tipo de malestares originados en estas situaciones es variado: alergias, jaquecas, náuseas, mareos, resfriados persistentes, irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos, etc. Un conjunto de síntomas originados por la concatenación de diversas causas: mala ventilación, descompensación de temperaturas, cargas iónicas y electromagnéticas excesivas, partículas en suspensión, gases y vapores de origen químico y bioaerosoles, entre otros agentes causales identificados. Cuando se produce una situación como la descrita que afecta al 10% de los trabajadores, la OMS habla de Síndrome del Edificio Enfermo.
"Hay cosas que son de Perogrullo". Pere Creus. Departamento de Salud Laboral de CCOO de Cataluña
Pere Creus, considera que Gas Natural ha reaccionado bien y rápidamente al desalojar a los 1.000 empleados que trabajan en sus oficinas de Barcelona, pero estima que este caso pone de manifiesto la poca importancia que se le da a la salud laboral cuando se aborda el diseño de obras faraónicas como ésta. "Se piensa mucho sobre el impacto estético, poco sobre la funcionalidad y casi nada sobre la salud laboral de los trabajadores. Hay cosas que son de perogrullo, que deberían abordarse en la fase de diseño de las obras y, desde luego, en el momento de la puesta en marcha del edificio: Desde los años 80 sabemos que un edificio herméticamente cerrado con una importante carga electrostática es fuente de problemas para la salud de los trabajadores. La lipoatrofia semicircular que ha afectado a 165 trabajadores y trabajadoras es una lesión leve pero ahora estamos empezando a detectar que hay casos más graves de migrañas y asma que también pueden estar producidos por las condiciones del edificio. Desde el sindicato hemos exigido a la empresa que se ponga en marcha un Protocolo de Revisión y Evaluación de Riesgos, partiendo de los posibles síntomas del edificio enfermo, además de un protocolo de vigilancia de la salud de las personas afectadas. La situación de los trabajadores y trabajadoras de Gas Natural está más o menos controlada, sin embargo, no ocurre así con las empresas que bajo régimen de subcontratación trabajaban en el edifico en servicios de limpieza o mantenimiento. Nos encontramos con la paradoja de que hay trabajadores afectados por lipotrafia semicircular en empresas subcontratadas por Gas Natural, y éstas niegan la mayor y no reconocen que se trata de un accidente laboral".
"La sensación de riesgo y disconfort continua". Daniel Rodríguez. Delegado de Prevención de Gas Natural
"Los humidificadores que ha puesto la empresa Gas Natural para aumentar la humedad relativa del edificio están por todas partes. Aparatos de unos 50 centímetros de diámetro de los que emanan continuamente tres chorros de vapor y hacen bastante ruido. Se trata de una presencia desagradable, que es provisional, pero que está ahí de forma cotidiana" explica Daniel Rodríguez, delegado de prevención de Gas Natural. "Aparte de los problemas físicos que se están produciendo, la gente está tocada psicológicamente -afirma Rodríguez-, no hay bajas porque el servicio médico de la empresa, a pesar de estar saturado, está respondiendo y la gente no se siente desamparada, pero la sensación de riesgo e inseguridad es notable. La reacción no está siendo tan buena en lo que se refiere a la información que reciben los trabajadores que es insuficiente. La insatisfacción de la plantilla es bastante grande y todo dependerá de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos" explica Rodríguez.
"La piel de los edificios será cada vez más hermética". Manuel Martín. Arquitecto y Profesor de la ULPGC
Manuel Martín Monroy es profesor titular de Acondicionamiento en el Departamento de Construcción Arquitectónica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. A propósito de lo sucedido en el nuevo edificio de Gas Natural, Martín constata la tendencia hacia una mayor estanqueidad de los edificios para evitar ruidos y pérdidas térmicas. "La piel de los edificios va a ser cada vez más hermética -afirma Martín- y ello va a incrementar, sin duda, las afecciones relacionadas con el Síndrome del Edificio Enfermo, cuyas causas están relacionadas mayoritariamente con la calidad del aire". El nuevo Código Técnico de la Edificación, una parte del cual entró en vigor el pasado mes de septiembre, da mucha mayor importancia a la salubridad de los edificios e incluye un apartado específico sobre la calidad del aire y los sistemas de ventilación forzada, sin embargo, se queda corto pensando en lo que puede venir: "El objetivo del código es bueno -afirma Martín- pero las propuestas no son las más adecuadas. En realidad no se aborda la introducción de aire puro en los edificios, que sería lo deseable, sino la extracción del aire viciado, lo que no tiene las mismas consecuencias para la salud de las personas que viven o trabajan en esos recintos herméticos". Martín cree que la arquitectura, como disciplina, no se interesa lo suficiente por estos temas: "En la carrera, de un total de 400 créditos, sólo 6 se destinan a estudiar estrategias de control ambiental" afirma.